jueves, 11 de diciembre de 2008

Mi aventura de ser docente

Cuando comencé la lectura de Esteve, no pude evitar el recordar mi primera experiencia frente a un grupo, recuerdo que acababa de graduarme del Inst. Téc. De Pachuca y que recién acababa de cumplir los 22 años. Me encontré en un CBTa con un grupo donde los estudiantes a mi cargo tenían 18, 20, 25 y 27 años y recuerdo que me vieron de arriba hacia abajo. Yo ahí, sin ninguna instrucción pedagógica y pretendiendo enseñar psicología a chicos que habían vivido más años que yo y que tenían muchas más experiencias de la vida que yo. Y definitivamente no podía “pensar y sentir y hacer pensar y sentir”.
El espíritu de servicio es definitivo en nuestra profesión, alguna vez me encontré en una clínica de terapia física y en una sala observé a terapistas de rehabilitación infantil asesorando y trabajando con un grupo de niñas y niños con capacidades diferentes, vi como atendían a esos pequeñitos sin brazos, o sin piernas, o con parálisis cerebral y no pude evitar llorar. Me pregunté que hacía yo por los demás y desde ese entonces me refugié en mi labor, instruir a personas.
Después me enfrenté al problema de mi imagen como maestra. “Yo lo sé todo”, “no necesito ayuda”, “aquí se hace lo que yo digo”. Reconozco que pasé por esto, me avergüenza un poco, pero creo que ya lo maduré. Actualmente soy amigable y trato de brindar la confianza en general para que puedan preguntarme en el aula o fuera de ella. También es importante cuidar el equilibrio, me he encontrado con chicos y grupos de chicos un tanto inmaduros que piensan que el ser malo es ser genial y popular, así que cuando percibo una situación así trato mantener la disciplina, pero mantengo una sonrisa y no la reservo hasta navidad.
Algo que me dejó reflexionando de este autor fue “recuperar las preguntas” y me imaginé un mundo de posibilidades en ese respecto. Cómo puedo hacer para despertar curiosidad en los estudiantes. Cómo hacer para “hacer pensar y sentir”. Esto definitivamente va en relación a la vocación y convicción que tenemos de ser profesores, en estar orgullosos de ello y de darle la gran importancia que tiene nuestra loable labor.
Si alguien piensa que no es un trabajo reconocido porque no nos hacemos millonarios con nuestro salario, si somos millonarios en satisfacción y conocimientos, en constantes y cambiantes conocimientos que nos permiten evolucionar como personas y como profesionales.

Cómo me encontré con la docencia.

Creo que el ser maestra está en mi ADN. Recuerdo que cuando salí de la secundaria, mi papá, quien era profesor de primaria, deseaba que estudiara en la normal, sin embargo el destino no lo quiso así. Me inscribí en el CBTis 83 de mi localidad y estudié el bachillerato como técnico en contabilidad, que por cierto tenía habilidad para los registros. Cuando me gradué quise tomar una carrera de seguimiento, como contaduría, pero en ese entonces la universidad del estado no tenía muy buena imagen, todo lo contrario al Instituto Tecnológico de Pachuca, donde me inscribí en la carrera de Lic. Administración de Empresas. Al graduarme tuve la suerte de cubrir un interinato de 3 meses en un CBTa donde tenía que dar las materias de psicología, que me encantaba y la materia de álgebra, la cual odiaba desde el bachillerato, pero cuando tuve que estudiar para explicar la clase a un grupo tuve experiencias nuevas y muy agradables. Después trabajé en el sector privado donde, en ocasiones, no me era muy agradable, había que luchar por un puesto, y no de la manera más ética, no tenía amigos sinceros y no me sentía muy cómoda, supongo que en ese entonces, a mis 22 años era muy inexperta.
En algún momento, me ofrecieron el cubrir una plaza de contralora en una secundaria, pero pensé que no era lo mío, aunque me consideraba muy buena en el aspecto contable y administrativo, esa plaza no llenaba mis aspiraciones ya que no habría más campo de acción en esa área. Continué algunos años más en el sector privado y trabajé en dos empresas distintas, una en Cementos Apasco y otra en una importadora y exportadora de Ganado y también continué estudiando inglés y computación.
Cuando terminé mi contrato en mi último empleo, comencé a llenar solicitudes y llevé una de ellas a DGTA y me encontré con la oportunidad de dar nuevamente clases en un CBTa, me asignaron al 179 de Alfajayucan, Hgo., el cual considero mi segundo hogar. Ahí he hecho buenas amigas, excelentes compañeros y conocido a cientos de estudiantes que me han dejado grandes aprendizajes y combiné mi gusto de estar frente a grupo con el gusto por compartir conocimientos de mi carrera, he estado ahí los últimos nueve años. Siento un gran respeto por los estudiantes y los trato como me gustaría que trataran a mis sobrinos, de esa escolaridad.
Me frustra el hecho de que los chicos, por inmadurez, por problemas familiares o económicos, reprueben y deserten; que en el plantel no tengamos la totalidad de los recursos para la atención de los alumnos y que los pocos que llegan los trasladen a las oficinas; que nuestro sistema sea tan burocrático donde hay que llenar miles de formatos para justificar algunas acciones y la planeación de las clases, las clases efectivas en aulas y la atención a alumnos quede en último término; que nos manden planes de estudios demasiado extensos y que pretendan que los impartamos en “semestres” – de hasta dos meses y medio de duración –, donde no importa cómo se aplicó el programa, sino lo que importa sean todos los documentos que se generen. Bueno si sigo con esto no voy a terminar.
Creo que lo que más me satisface es el producto de lo que hago, cuando escucho y veo el reconocimiento verbal y no verbal de mis alumnos, cuando son ellos mismos quienes proponen que les de clases, cuando veo a los egresados trabajando en su perfil o cuando eligen carreras de seguimiento en relación a las materias que les he impartido. Entre estas y muchas cosas más, vale la pena ser docente, todos y cada uno de los días.

Los saberes de mis estudiantes



Hola a todas compañeras, compañeros y Prof. Salomón.
(Ya hace algún tiempo he usado la bitácora como medio de comunicación con mis estudiantes, ahora uso la misma porque me valgo de ella para hacer ejemplos. Por el momento la dejo por si alguno de ustedes gustan observarla y ver la respuesta real que tuvieron mis estudiantes de hace casi un año.)
Generalmente, cuando mis estudiantes tienen acceso a internet, tratan de hacer diversas actividades al mismo tiempo. En la región donde nos encontramos, ningún alumno tiene internet en casa, por lo que rentan el servicio en un ciber-café así que optimizan el tiempo, a la par de hacer sus investigaciones y tareas, están checando su correo electrónico, actualizando su hi5, chateando en el Messenger o descargando música y videos.
Este grupo es de 3er semestre de técnicos en Informática, por lo que sus conocimientos son de nivel medio ya que su carrera así lo requiere. Considero que de nivel medio, porque comparados con sus pares de otras localidades y con otros recursos estos deben ser de nivel más alto. Ellos conocen el uso de:
a. Buscadores y metabuscadores
b. Cuentas de correo electrónico
c. Bitácoras
d. Sitios de descarga de programas, música, videos, tonos, imágenes
e. Uso de enciclopedias
f. Charlas (chat)
g. Traductor, entre otros.
Sin embargo, en otras especialidades y por las características de la región, los estudiantes sólo tienen conocimientos básicos y de bajo nivel en el uso de las herramientas que ofrece internet debido a que los programas sólo contemplan un curso de TIC’s. He tenido alumnos que en 6º semestre no tienen cuentas de correo electrónico ni conocen el uso de las bitácoras. Los conocimientos están polarizados, los de nivel más avanzado utilizan varios servicios en la red y los de nivel bajo sólo usan el buscador de información.
La estrategia a seguir es distribuir a los estudiantes de nivel más avanzado en distintos tríos, se asignó un tiempo de 3 hrs en la sala de cómputo con acceso a internet para la creación de cuentas de correo y bitácoras como medio de comunicación entre el grupo y conmigo, sin embargo, el proveedor de internet denegó el acceso al sitio de blogger y otros sitios que ofrecen el servicio de creación de bitácoras, así que tuvieron que crearlo fuera de la escuela, en “ciber’s”.
Una vez creadas las cuentas, me envían sus direcciones a mi cuenta de correo para establecer la comunicación y hacemos uso del chat en Messenger para comentar o puntualizar lo que les significó la ayuda de su compañero al compartir sus conocimientos con ellos en el uso de estos servicios de internet. Establecido el canal, se hará la búsqueda de la información “Servicios de Internet”, donde conocerán los principales servicios que se ofrecen en la red y harán uso de los más que les sea posible. Elaborarán un andamio cognitivo sobre estos servicios, sus usos, ventajas y para qué y en qué casos pueden servirle, me enviarán éste como archivo adjunto en un mensaje de correo o en el Messenger.